El término “neuro” es tendencia porque, todo lo que tenga que ver con el complejo entramado de conexiones neuronales que cada persona alberga en su cabeza, conlleva un grado de profundidad que transfiere las barreras de lo racional. Si hablamos de la neurociencia de las emociones, es importante que sepamos primero qué son las emociones, dónde se producen y qué niveles presentan, ya que, aunque todos tengamos emociones, pocos son los que se atreven a estudiarlas para gestionarlas mejor.
¿Nos acompañas por este apasionante viaje en el mundo de neurociencia? ¡Aquí comienza tu incursión al mundo de las emociones!
Entendamos qué son las emociones y dónde surgen
Las emociones son como pequeños motores que nos hacen sentir los estímulos del mundo que nos rodea. Son respuestas complejas y naturales que emergen en nuestro interior como reacciones a diferentes situaciones que desencadenan pensamientos.
Estos sentimientos intensos y a menudo efímeros son resultado de la interacción de nuestro cerebro y nuestro cuerpo con el entorno, y se gestan en diferentes áreas del cerebro, especialmente en regiones como la amígdala, el hipotálamo y la corteza prefrontal, que trabajan en conjunto para procesar la información y generar una respuesta emocional.
Por ejemplo, cuando algo nos causa alegría, la amígdala y otras áreas del cerebro liberan neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, lo que nos hace sentir felices y satisfechos. De manera similar, si experimentamos miedo, la amígdala puede desencadenar una respuesta de alerta, activando el sistema de «lucha o huida».
Las emociones son una parte vital de nuestra experiencia humana que influyen en el 99% de las decisiones que tomamos, es por eso por lo que es tan importante que sepamos identificarlas y gestionarlas. ¡Imagina lo interesante que es entender cómo funcionan estos mecanismos internos que nos hacen vibrar emocionalmente en el día a día!
Bases de la neurociencia de las emociones: en el sistema límbico surge la magia
La neurociencia de las emociones se centra en estudiar y explicar cómo el cerebro procesa, genera y regula las emociones, examinando las áreas cerebrales, las conexiones neuronales y los procesos químicos involucrados en las experiencias emocionales. Esta ciencia investiga a las diferentes regiones del cerebro que interactúan para originar respuestas emocionales, así como a los neurotransmisores, como la dopamina y la serotonina, y cómo influyen en la formación y expresión de emociones como la felicidad, el miedo, la tristeza y la empatía.
Así, existen algunas bases de las que parte la neurociencia y en las que esta pone el foco de estudio:
Estructura del sistema nervioso: comprende el estudio de la anatomía y organización del sistema nervioso central y periférico, incluyendo el cerebro, la médula espinal y los nervios periféricos.
Funcionamiento neuronal: explora cómo las neuronas se comunican entre sí a través de señales eléctricas y químicas, así como el papel de los neurotransmisores en la transmisión de información dentro del sistema nervioso.
Plasticidad cerebral: se refiere a la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse a lo largo de la vida mediante la formación de nuevas conexiones sinápticas, el aprendizaje y la recuperación después de una lesión.
Neurobiología de las emociones y cognición: examina cómo el cerebro procesa la información sensorial, toma decisiones, genera emociones y controla el comportamiento, implicando áreas como la corteza prefrontal, la amígdala y el hipotálamo.
Neurociencia molecular y celular: se enfoca en el estudio de los procesos moleculares y celulares dentro de las neuronas, incluyendo la expresión génica, la síntesis de proteínas y los mecanismos de señalización intracelular.
Tecnologías y métodos de estudio: incluyen técnicas como la resonancia magnética funcional (fMRI), la electroencefalografía (EEG) y la microscopía de alta resolución, que permiten observar la actividad cerebral y las estructuras neuronales con gran detalle.
Relación mente-cerebro: explora la conexión entre los procesos mentales, la cognición y la actividad cerebral, buscando comprender cómo las experiencias subjetivas se relacionan con la actividad neuronal.
Aplicaciones clínicas y terapéuticas: se enfoca en utilizar los conocimientos neurocientíficos para desarrollar tratamientos para trastornos neurológicos, psiquiátricos y neurodegenerativos, así como en mejorar la calidad de vida de las personas con lesiones cerebrales.
Relación de la neurociencia con la inteligencia emocional
Ahora que ya sabes a grandes rasgos en qué consiste la neurociencia emocional, nos planteamos lo siguiente: si todo consiste en procesos fisiológicos, ¿es posible dominar nuestras emociones para que estas no nos dominen a nosotros? La respuesta es sí, pero para eso debemos ser emocionalmente inteligentes y trabajar en la gestión de las emociones de forma consciente.
La inteligencia emocional está estrechamente ligada con la neurociencia, debido que la primera se centra en comprender y manejar las respuestas que nos da la segunda. Si no sabemos cómo funcionan biológicamente las emociones, será imposible gestionarlas desde el punto de vista psicológico e incluso realizar terapias.
¿Qué ocurre en el cerebro cuando experimentamos emociones?
Cuando experimentamos emociones, en el cerebro se activan diferentes áreas que procesan la información de manera específica, desencadenando simultáneamente una serie de respuestas fisiológicas y mentales que describimos a continuación:
Se recibe el estímulo emocional
Cuando una situación despierta una emoción, como el miedo, la alegría o la tristeza, los sentidos captan la información y la envían al cerebro para su procesamiento.
Los estímulos se procesan en el cerebro
Diversas regiones cerebrales entran en acción. La amígdala, por ejemplo, juega un papel clave en la evaluación rápida de la situación y en la generación de respuestas emocionales inmediatas. El hipotálamo puede activar la liberación de hormonas, como la adrenalina, que desencadena la respuesta de «lucha o huida».
El estímulo llega a la corteza prefrontal
Esta región cerebral está involucrada en la regulación y el análisis de las emociones. Ayuda a interpretar la información emocional, a controlar las respuestas impulsivas y a tomar decisiones basadas en la evaluación racional de la situación.
El sistema límbico genera las primeras emociones
Este entramado de conexiones actúa como un centro de procesamiento emocional, integrando las respuestas emocionales con las memorias pasadas y las experiencias previas para dar contexto y significado a la emoción presente.
Producción de neurotransmisores
La experiencia emocional implica la liberación de neurotransmisores como la dopamina, serotonina y noradrenalina, que influyen en el estado de ánimo y en la intensidad de la emoción.
Respuestas fisiológicas a las emociones
las emociones también desencadenan cambios en el cuerpo, como el aumento del ritmo cardíaco, la dilatación de las pupilas, cambios en la respiración y la liberación de hormonas relacionadas con el estrés o el bienestar, dependiendo del tipo de emoción experimentada.
Esperamos que este post te haya ayudado a comprender mejor cómo funcionan las emociones y lo importante que es su estudio desde el punto de vista neurológico. ¿Y a ti? ¿Te gustaría saber más sobre inteligencia emocional? ¡Descubre más en Educa.pro!