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Dependencia y autonomía personal: equilibrio vital

March 13, 2024
beatriz.hernandez

La situación de dependencia no sólo afecta a las personas adultas mayores, sino que puede manifestarse en cualquier momento de la vida y recorrer toda la estructura de edades de la población.  

Hay situaciones de dependencia que aparecen en el momento del nacimiento, o tras un accidente, por una enfermedad en la vida adulta o con el devenir del tiempo a medida que las personas van envejeciendo.   

¿Quieres conocer cómo la situación de dependencia afecta a la persona y al desempeño de su autonomía personal? Te seguimos contando… 

Situación de dependencia

La dependencia no es un fenómeno nuevo y siempre ha estado presente en la vida de la persona, pero no ha sido hasta hace relativamente poco que los diferentes organismos públicos están centrando sus esfuerzos en atender al colectivo de personas en situación de dependencia. 

El Consejo de Europa define la situación de dependencia como: 

Un estado en el que se encuentran las personas que, por razones ligadas a la falta o a la pérdida de autonomía física, psíquica e intelectual, tienen necesidad de asistencia o ayudas importantes a fin de realizar los actos corrientes de la vida diaria y, de forma particular, los referentes al cuidado personal. (2000).

En este sentido, Oliveira et al. (2014) establece que la condición de dependencia contiene determinantes internos y externos. Los primeros están caracterizados por las condiciones de salud y por el tipo de enfermedad de la persona, y los segundos por las barreras y facilitadores en los ambientes.  

Reconocimiento legal

No fue hasta 2007 que en España se reguló la situación de dependencia mediante la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia.

Esta norma distingue dos conceptos clave: la autonomía y la dependencia. La primera como: 

La capacidad de controlar, afrontar y tomar, por propia iniciativa, decisiones personales acerca de cómo vivir de acuerdo con las normas y preferencias propias, así como de desarrollar las actividades básicas de la vida diaria. (p. 8) 

Y la segunda como: 

El estado de carácter permanente en que se encuentran las personas que, por razones derivadas de la edad, la enfermedad o la discapacidad, y ligadas a la falta o a la pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, precisan de la atención de otra u otras personas o ayudas importantes para realizar actividades básicas de la vida diaria o, en el caso de las personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental, de otros apoyos para su autonomía personal. (p.9) 

Clasificación de la situación de dependencia

En un primer momento la ley distinguía grados y niveles de dependencia, pero tras una modificación en 2012, sólo se distinguen 3 grados. 

Servicios y prestaciones

Las personas que sean reconocidas como dependientes, y en función del grado valorado, podrán optar a una serie de recursos y/o prestaciones establecidas en la norma.

17 años después

La atención a la dependencia es una cuestión de interés general para la ciudadanía, ya que, en uno u otro momento de nuestra vida, acabaremos estando en situación de dependencia. 

Tras 17 años desde la entrada en vigor de la norma, su evolución ha sido desigual distinguiéndose 6 fases claras: 

En definitiva, el balance global de la dependencia sigue siendo negativo. No sólo no se atiende a las personas con derecho cuando ya ha finalizado el calendario de aplicación de la Ley, sino que el acceso y el contenido real de las atenciones y plazos están muy determinados por la comunidad de residencia, dando lugar a graves desigualdades.

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